A diario llegan a planta nuevos ingresos, y muchos son programados. Los de trauma son operaciones programadas y los de reuma suelen venir por alguna descompensación rara o simplemente por "estudio" de su enfermedad.
Lo que nosotras hacemos es ir a recibir a los ingresos, comprobar la pulserita y las pegatinas y en el caso de requerirse sangre en la operación, si la hay, comprobar la pulsera del banco de sangre y llamar más tarde para confirmar que tienen las unidades de sangre disponibles.
A continuación procedemos a la entrevista. Necesitamos recopilar cierta información: constantes vitales, temperatura, tensión y pulso; indagar sobre alergias y dietas, y ahora lo importante: antecedentes personales, operaciones previas y enfermedades o problemas de salud a tener en cuenta que puedan ser de riesgo. Normalmente la gente asocia enfermedad con dolor, y si no le duele nada no está enfermo ni tiene ningún problema.
-Señor Andrés, tiene usted alguna enfermedad o problema de salud?
-Eu? Non, eu estou ben
Pero a la hora de preguntar la medicación que toma a diario te sueltan un cóctel de pastillas para la tensión, el colesterol, la próstata, incluso te dicen que la "isolina" (insulina)
Un día incluso en intervenciones previas el hombreciño afirmaba que tan sólo le habían operado de los intestinos y el pecho. Resulta que este hombre había tenido un adenoma de próstata, le faltaba medio pulmón derecho, no tenía apéndice y aparte sufría de hipertensión (HTA), hipercolesterolemia y otros males.
Al grano, en lo que iba a centrarme era en los pacientes que tienen mucha medicación, como este hombre; que tardas 20 minutos en hacerles "unhas preguntiñas" para la entrevista y 15 son para averiguar qué medicación toman y que pautas siguen, porque "media pastilliña amarilla no desayuno e dúas das brancas na comida e na cena" no nos sirve de nada.
Un día llegó una paciente de reuma para estudio que me sorprendió un montón su estado. Aparentaba 30 años más de la edad que tenía y sufría de cantidad de problemas músculo-esqueléticos: artritis, artrosis, hernias discales... La pobre mujer tomaba cada día en total 22 pastillas para el corazón, la tensión, el colesterol, para el dolor, antidepresivos, ansiolíticos, pastillas para todo. Tomaba otras 6 pastillas de vitaminas un sólo día por semana (a parte de las 22 diarias) y a parte hacía inhalaciones con 2 inhaladores distintos al día.
Tomaba morfina, targin, paracetamol, enantyum, parches para el dolor cada 3 días... de todo para el dolor. Me daba mucha pena.
El día de su ingreso, por la noche y tras la cena sufrió una crisis. Era una paciente con tratamiento psiquiátrico como ya dije, por lo que con la burrada de medicación que tomaba y el estrés que supone estar ingresado en el hospital, tampoco sorprendió tanto dentro de lo que cabe. Pero a mí sí, vaya.
Esta mujer estaba empeñada en que se iba a su casa, se vistió enterita como malamente pudo y recogió sus cosas; pegó bastonazos a diestro y siniestro al celador, auxiliares y enfermera para que la dejaran en paz y poder irse coger el autobús a casa.
Finalmente intentando sujetarla, los médicos dieron orden de ponerle un relajante muscular por vía subcutánea y de aplicar sujecciones mecánicas una vez hubiera hecho algo de efecto.
El relajante muscular la tumbó, literalmente. La sujetaron a la cama y le canalizamos una vía para administrarle la medicación necesaria.
Me dio mucha pena, pero era lo que había que hacer.
Al día siguiente me sorprendió todavía más ver que era una mujer adorable con muchos problemas de salud y una enfermedad muy grave que había sufrido una crisis psicótica pero que no por ello era mala persona ni merecía distinto trato ni menos cariño.