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miércoles, 26 de octubre de 2016

Sonda y distrofia, combinación fatal

Esta semana, tengo entre mis pacientes a un hombre de avanzada edad que estaba ingresado por un recambio de su prótesis de cadera. Para colmo, el pobre hombre (le llamaré Manolo) sufría de distrofia de próstata.
El paciente, parece ser que se orinó encima inconscientemente, por lo que mi enfermera decidió colocarle una sonda vesical.
El procedimiento que se lleva a cabo para sondar es algo que me fascina; empezando por la colocación de los guantes estériles.


Como podemos apreciar en el vídeo, hay que tener mucho cuidado de no tocar la parte externa del guante con las manos, ya que éstas no son estériles.
En cuanto al proceso, mi enfermera hizo así; pasito a pasito como en las clases de "fundamentos":
-Lavar los genitales con gasas y un jabón específico, rosita.
-Se colocó los guantes estériles con mucho cuidado, porque sino se rompe el campo estéril. Esto es necesario dado que la sonda va a entrar en contacto con la vejiga, un órgano estéril.
-Otra persona, en este caso yo, le abre el paquete de la sonda. Usamos una típica sonda Foley de dos vías de 16 F (que hartas estamos todas de estudiarlas en "fundamentos"...) También le apliqué un poco de lubricante en su guante para que lubrique la sonda y entre con más facilidad.


-La enfermera fue introduciendo como pudo la sonda, pero al ver que salía sangre, la sonda se resstía a seguir entrando y Manolo no parecía notar nada; supuso que tenía algún problema de próstata (y así era).
-Cambio de sonda, cambio de tamaño, esta vez de 14 F y todo fue como la seda, inflamos el balón con suero fisiológico y listo! A los pocos segundos observamos en la bolsa unos 500 cm3 de orina
*Cabe destacar que el pobre Manolo, ya nervioso de que una enfermera le ande "ahí abajo", tuvo que aguantar a tres alumnitas de 2º de enfermería observando la maniobra... Pero como él mismo dijo "con alguén terán que aprender"

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