Supuestamente, el viernes es un día muy tranquilo en la planta de cirugía. No hay ingresos ( no se opera los fines de semana), por lo que no hay que hacer nuevos historiales en el programa GACELA ni entrevistar a nuevos pacientes. A pesar de ello, este viernes ha sido de todo menos tranquilo.
Tras tomar tensiones, purgar sueros y dar medicaciones, un paciente ha tenido que ser sondado. Y aunque no he podido practicar mi primer sondaje (esa uretra no estaba apta para intentos), sí me dejaron hinchar el balón, con desastrosas consecuencias, ya que los 30 ml de agua destilada acabaron en la cama del paciente y no en el interior de su sonda. Otra vez será.
Más tarde, una paciente comenzó a marearse. ¿Adivináis quién lo tomó las contantes cada hora? Por supuesto, yo. Las constantes jamás salieron de los rangos considerados normales, por lo que todavía no se entiende el origen de los mareos de dicha paciente.
Finalmente, antes de la cena, tocaron la comprobación de las glucemias. Si la cantidad normal de glucosa en sangre no debe sobrepasar los 125 mg/dl, ¿ qué haces cuando el glucómetro marca 480 mg/dl? primero, repetir la prueba porque crees que estás haciendo algo mal. En segundo lugar, llamar a un médico. Tras seis unidades de insulina y los sueros glucosalinos eliminados de su pauta hasta nueva orden, volví al control de enfermería. Allí me encontré con el paciente con el que acababa de estar había sido dado de alta esta mañana. media y cuatro llamadas después, se descubrió el error burocrático que había hecho desaparecer al paciente del sistema del hospital, dejándolo sin medicación y sin cena. Finalmente se restauró todo su historial y la anécdota pasó sin mayor incidencia.
Seguidamente, me llevé la mayor alegría de la tarde, podía irme a casa antes de la hora. ¿ A caso hay algo mejor que irme antes de tiempo a casa? ¿ UN VIERNES?
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