En nuestra última semana de prácticas decidimos, entre los tres alumnos, hacer un detalle a la planta. Durante todo este tiempo nos acogieron como a tres más, nos enseñaron todo lo habido y por haber y se preocuparon por que nos sintiésemos integrados y estuviésemos a gusto en su compañía, así que teníamos que agradecérselo.
No fue muy difícil ponernos de acuerdo, ya que nuestro compañero Walter nos dejó completa libertad (y también responsabilidad) a la hora de hacer las compras. Optamos por lo fácil: algo de picar para esas meriendas tan amenas que se gastan en la planta, y algo duradero para que se puedan acordar de nosotros al verlo. Así que decidimos: unas galletas y una planta.
Al estar ya entrando en época navideña nos encontramos de frente, nada más entrar en el súper, con unos tremendos panettones a los que no pudimos hacer el feo de dejarlos ir, así que (pensando más bien en nuestro gusto de paladar que en el de las enfermeras y trabajadores de la planta de digestivo) nos llevamos uno de chocolate. Compramos también un surtido de estos que suelen regalar las abuelas (a mi no me tiene mucho chiste pero al parecer están muy buenas). En cuanto a la planta, fuimos a una floristería y escogimos la más barata, así tal cual la pedimos, y nos la decoraron (ya que era un poco feucha) por un euro más. Nos quedó un regalo monísimo.
En total nos gastamos 7,50€ por persona, que diciendo verdad, fue más de lo que pretendíamos, desde cuando son tan caras las plantas...?
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