El primer día que llegué de prácticas al hospital, me quedé muy sorprendida al ver el estado de un paciente de Neumología. Respiraba con mascarilla, estaba casi inconsciente, con una sonda vesical y otra nasogástrica. Cuando al día siguiente escuché " ha muerto un paciente de la habitación x+14" lo primero que pensé había sido este paciente, pero no, había sido su compañero. Ese día también me fijé en que tenía una muñeca atada. Pregunté por qué, ya que ni cuando le pinchaban heparinas o le cogían vías el señor reaccionaba. La respuesta fue que antes de empeorar tanto, había estado muy agitado, ya que había sufrido una meningitis que le había dejado secuelas a niveles físicos y Psíquicos.
A día de hoy, el paciente todavía necesita oxígeno, pero ya no está sondado, comienza a comer sólidos y a responder cuando le hacen preguntas, En dos semanas, ha pasado de ser un paciente al que nadie esperaba ver al día siguiente, a un paciente estable, aún con insuficiencia respiratoria.
Es un claro ejemplo de como la medicina y los cuidados enfermeros pueden cambiar la vida de las personas. Poder vivirlo y formar parte de ello me hace que cada vez esté más contenta con mi decisión de estudiar enfermería.
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