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domingo, 6 de noviembre de 2016

La comida de hospital no es tan horrible

A lo largo de nuestro turno de tarde nos tocan dos sesiones de comida: merienda y cena. Y voy a protestar porque me parece insano tener trabajando a unas pobres jóvenes de prácticas y que no nos ofrezcan ni un colacao! Si es que vaya envidia... bizcochito, pan tostado, zumo, café al gusto del paciente... aquello es un lujo, ¡para que luego digan que no se come bien en los hospitales!. 
Y es que llegan las 5 de la tarde y mientras tú sigues midiendo tensiones y repartiendo medicación, llegan los celadores con un enorme carro con bandejas que, a esta hora, va desprendiendo por todo el pasillo un olor a café y chocolate que a ver a quien no le entran las ganas de uno. Pero no, para ti no hay, tienes que esperar a tu descanso de las 18:30, y aún menos mal...
Esta hora siempre causa revuelo en planta, empiezan a sonar timbres y a llegar familiares al control: "Mire enfermera, ¿por qué a Pedro no le han dejado la merienda?, si a mediodía le han traído su comida de siempre!", "¿Pero señora quién es Pedro?", "¡Pedro, el de la habitación 40X!", "Marga, tu paciente.", y así se van pasando el relevo unas a otras desentendiéndose del asunto. 
Pero mucho peor aún es la hora de la cena. Tú ya has tenido tu descanso y pobremente has ingerido una barrita de cereales y un zumo de melocotón del Froiz, entonces llegan las 8 y empieza otra vez el desfile de carros. Pero esta vez el olor no es bueno, provoca náuseas, qué horror. Y mientras repartes la medicación de esta hora celadores y auxiliares debaten sobre las dietas como vendiendo en un mercado: "¡40X diabético!", "¡40XX pastosa!", "¡40XXX blanda!", y así pasando por la normal, la de protección renal, la hiperproteica, la de fácil digestión, la basal o la dieta sin sal. Y es que no es la primera vez que se escucha a una enfermera: "Si os sobra una basal la dejáis por el control que ya me la como yo." Cualquiera no se come semejante plato de pasta con carne después de 7 horas de turno... 
Y por último están los pacientes que te ven con cara de hambre y mirando deseosamente la comida y dicen: "Xa ven ahí a cena? E eu sin fame...", y tú les contestas "Fame teñoa eu..", "Ai neniña pois arrímate aquí que che dou un pouco","Tiene usted la tensión perfecta, chaaaao..."

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