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jueves, 3 de noviembre de 2016

Trastornos alimenticios

¿Tema tabú o tema de moda?

Siempre hemos sabido que no es un tema cómodo para hablar en público; al menos para mí, nunca sabes a ciencia cierta hasta dónde conoces a la gente y hasta dónde puedes estar metiendo la pata con ciertos comentarios.
Acostumbrada ya durante estas semanas al sobrepeso habitual y al que casi estoy acostumbrada ya de los pacientes de mi planta, hoy he atendido a una paciente con anorexia nerviosa.
He sido avisada antes por mi enfermera, supongo que para que me mentalizara del tema, para no poner "caras" al llegar a la habitación.
Y efectivamente hizo bien. Siempre me he considerado una persona delgada y nunca me ha gustado la gordura ni me gustaría tenerla; pero nunca había visto un caso así de primera mano.
Impacta muchísimo, y a simple vista te das cuenta de que es una enfermedad mental para estar alguien en esas condiciones de salud y no percatarse.
Esta mujer, de unos 30 años casi ya, llevaba muchos años enferma ya, además de contar con una grave afección respiratoria (una EPOC) estaba ingresada esta vez en mi planta por una infección en la rodilla. No me atrevo ni a aventurar cuánto pesaría esta mujer, pero aseguro que muy, muy, muy poco.
Pronto me di cuenta de que no iba a ser una paciente normal, ni fácil. Tuve suerte que una de las enfermeras de turno de tarde de hoy ya había trabajado en la planta de trastornos alimenticios del hospital psiquiátrico de Conxo, y me estuvo contando algunas de sus experiencias allí.
Lo más importante es la medida de la diuresis diaria y pesarlas todos los días. Según dijo mi enfermera son pacientes muy retorcidas, muy mentirosas y que "se las saben todas".
Al parecer, estas pacientes beben a escondidas para pesar más cuando las obligan a ponerse en la báscula; por lo que se mide lo que se les da de beber y lo que eliminan por la orina, para saber qué han hecho.
En ocasiones se les tiene que poner una sonda nasogástrica para hacerles comer a la fuerza. Siempre tienen vía con nutrición enteral, es decir, sueros que les proporcionan el aporte necesario de glucosa y otros nutrientes. A veces, en casos extremos, se las tiene en cama con sujecciones físicas para impedirles hacer ejercicio.
Si el caso es muy grave están monitorizadas también para evitar posibles descompensaciones electrolíticas que pueden producirse en el proceso de realimentación


Como véis no son pacientes fáciles y exigen un trato muy distinto y fijarse mucho. Aún así le tengo curiosidad a este tipo de enfermedades, a ver si para el año que viene me toca.

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