Qué gran verdad, todo el mundo se queja siempre de la falta de motivación de algunos profesores... Este problema no está sólo presente en los colegios e institutos; sino que puedo asegurar que en la universidad también los hay.
No escribo para quejarme de ningún profesor en particular, sino para hablar de la enseñanza que nos ofrecen o quieren intentar ofrecer en las prácticas en el hospital.
Por ahora he acompañado a 5 enfermeras: Luisa, Eva, Lucía, Laura y Lupe. Todas menos una de ellas, fueron un cielo conmigo, me enseñaron un mogollón de cosas en muy poco tiempo, y me gustaron mucho como enfermeras, en el sentido de que me pareció que trataban muy bien a todos los pacientes. Todas, menos una que no voy a nombrar, llamémosla Florence, que sinceramente, no me aportó nada, me pasé el día corriendo detrás de ella, no me enseñó nada y no me dejó hacer nada.
Lo que más me molestó fue que: hay una paciente que no tiene analgesia hasta las 18:00 y a las 16:00 suele pedir un calmante. Siempre se le ha administrado media ampolla de morfina en 100ml de suero fisiológico. Pues bien, Florence me mandó prepararlo y así hice.
Imagínense mi cara cuando a los 15 minutos me di cuenta que la pequeña Florence había tirado en partes mi trabajo a la basura.
Entiendo que siendo enfermera, que no a todas les guste tener a una estudiante detrás correteando durante 6 horas y media, pero hay maneras y maneras de hacer las cosas.
Por eso digo, que no todo el mundo está hecho para la docencia, sobretodo si trabaja en un hospital universitario.
NOTA: para confirmar que no ha sido sólo cosa mía, al día siguiente la paciente de la morfina expresó su propia opinión acerca de Florence, y no fue buena, precisamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario